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Vuelva Vd. mañana; Sr. Rajoy.

Publicado: 25 de febrero de 2014

Vuelva Vd. mañana; Sr. Rajoy
En la sociedad española se tiene la idea de que tenemos una administración elefantiásica y eso no es verdad. Al menos ya no lo es". ( Debate del Estado de la Nación 25/II/2014)
Mientras hay vida hay esperanza o el que no se consuela es porque no quiere; son recurso humanos que ayudan a seguir soportando la traición, el engaño, la mentira, que es grande en la medida de quien la dice.
Llevamos 39 años esperando un cambio, que no ha pasado de los niveles de la baja política hacia cotas más dignas desde los primeros años de la transición. Y en la vida del ciudadano no ha cambiado nada porque el ciudadano vota a un Sr., Ahora a Vd, que lo ha escogido su partido, y Vd nombra a todos los demás, a los que nuca nadie ha visto, nadie conoce, nadie sabe de su vida más que lo que los órganos del partido han bamboleado por la prensa para que se conozcan; y casi siempre después de haber pasado las elecciones.
Vd. prometió, y lleva 2 años prometiendo, un cambio en el escaparate de la dictadura que aún persiste, un cambio en la insoportable burocracia que hace 50 años se decía era consustancial con la dictadura; seguimos igual. Le voy a poner un ejemplo vivido y del que tengo pruebas:
Acuciado con los impuestos y la crisis económica, (ahora: tanto monta; monta tanto) decidí asociarme con la intención de incrementar los ingresos y/o reducir los agobiantes costes. Consultados en Madrid los economistas laborales nos aconsejaron crear una comunidad de bienes compartiendo despacho de trabajo y clientes; y nos pusimos a la obra. Accedimos a la delegación de hacienda (1ª VENTANILLA) en Zaragoza; nos informaron que esa solicitud debería hacerse en otro edificio situado más o menos a 1 km distante, Nos trasladamos allí y solicitamos información, tras una corta espera (2ª VETANILLA), de en donde podríamos realizar nuestra intención. Nos dan unas hojas a rellenar y nos remiten, previa la obtención de otro número de turno, a otra mesa de trabajo (3ª VENTANILLA) donde una semi-amable señorita pasa los datos escritos en la hoja que le entregamos a un ordenador. Terminada la operación nos envía, con esa hoja impresa, a otro despacho (4ª VENTANILLA) donde otra señerita repasa los datos escritos, nos hace alguna pregunta, obtiene nuevo documento del ordenador y nos remite a otra ventanilla para su sellado, proceso altamente cualificado que requiere nuestra espera en cola unos 10 minutos ( aquí no había que coger número de turno). Llegados al mostrador (5ª VETANILLA) nos coge la hoja otra señorita, teclea unos datos obtenidos de ella en su ordenador, aparece una etiqueta impresa que recoge al lado de su ordenador la pega en el documento que le hemos aportado y ¡ya está sellado! el documento; listo para entregar en otra ventanilla (6ª VENTANILLA) que se encuentra en la delegación central de Hacienda; donde habíamos estado casi tres horas antes.
Llegamos a la delegación de Hacienda sacamos nuevamente número para el mostrador del Registro (7ª VENTANILLA) esperamos turno y a los 25 minutos entregamos los papeles transportados. La Srta. funcionaria los relee y nos dicen que no puede admitirlos porque nosotros no somos una comunidad de bienes, tenemos solo deudas, adquiridas en la adquisición del lugar de nuestro futuro puesto de trabajo, manual e intelectual, que vamos a poner en común. Aducimos que en ninguna de las 6 ventanillas recorridas mientras los obteníamos no habían puesto inconveniente alguno. No nos lo admite. ¡Cámbiense a una sociedad civil! Hagan una nueva solicitud y ¡Vuelvan Vds Mañana! Desilusionados, destrozados; hemos perdido toda la mañana sin lograr hacer un papel. Nos vamos a comer. Durante la tarde llamamos a Madrid y nuestros asesores nos dicen que es lo mismo que una comunidad de bienes, con mínimas diferencias en las responsabilidades que no hacen al caso. Allí, en Madrid, seríamos una comunidad de bienes, pero que accedamos y hagamos la nueva solicitud.
Al día siguiente volvimos a recorrer las 6 últimas ventanillas que habíamos recorrido el día anterior. Volvimos a ocupar toda la mañana. Nos volvimos a trasladar a la ventanilla del Registro; había un funcionario quien amablemente cogió los papeles y comenzó a realizar los trámites de admisión, tiempo en el que apareció la funcionaria del día anterior, posiblemente encargada de ese puesto, se acercó al funcionario y comenzó a decirle que no se podía admitir nuestra solicitud. Ante la extrañeza del colega deciden consultar con “la jefa” y ésta toma una decisión salomónica: se admite pero a expensas de lo que decidan los jefes; los directores...No sé quien. A los 15 días recibimos por correo certificado el NIF y el código electrónico correspondientes a la sociedad.
Estas dos veces recorridas siete ventanillas, el tiempo perdido, se iban a quedar en pequeñas molestias comparadas con los que se iniciaban a partir de ese momento.
En el Ayuntamiento volvimos a coger número (8ª VETANILLA) para ser informados de los documentos que deberíamos aportar para la apertura de los despachos (en una antigua comunidad de vecinos, en el centro de la ciudad). Precisábamos: Informe de un titulado superior de la viabilidad de la construcción; informe de la calidad energética; informe de la instalación eléctrica, Instalación contra incendios, plano y fotos de la ubicación de los despachos, accesos y evacuaciones y un largo etc. en el que no valía recordar que era un piso, que pagaba su contribución anual, ahora trimestral, y que el Ayuntamiento no lo tenía denunciado como ruinoso o inhabitable; que estaba admitida por la comunidad de vecino la instalación de un despacho-consultorio, etc, etc. ¡Hay que traer toda la documentación solicitada!... o sea: pagar todo lo pedido, con IVA, y además las tasas municipales.
Tras 15 días pidiendo esos informes y otros 10 esperando recibirlos acudimos nuevamente al Ayuntamiento. Nuevo número para entregarlos (9ª VENTANILLA) Nueva funcionaria que, al igual que sus anteriores colegas, nos niega la admisión de los documentos porque no se ve claramente si en una galería que existe en el piso, en la parte opuesta a donde se situarán los despachos, se ha realizado obra de cerramiento. Hay que aportar otro informe “cualificado” que diga que no.
10 días después volvemos a coger turno para alguna de las ventanillas que admiten estas documentaciones (10ª VENTANILLA) y aportamos junto a la anterior documentación el informe de la no alteración de esa galería. Nos permiten pagar y ya podemos empezar a trabajar provisionalmente esperando que nos contesten si se dan por enterados. No nos dicen más.
Pero en el colegio profesional nos informan que támbien debemos darnos de alta en la Diputación General de Aragón. Acudimos a ella y preguntamos (11ª VENTANILLA) por los documentos precisos.
Cuando nos los relatan decimos:
-El 90% de esos documentos los hemos presentado en el Ayuntamiento
-Pero esos son otros. Nosotros tenemos que tenerlos aquí
-¿No podrían tocar una tecla del ordenador y comunicar con la base de datos del Ayuntamiento?.
La srta cambia su facies hacia el cabreo, endurece su tono de voz y comienza la retahíla de posibles sanciones e inhabilitaciones que ya habíamos oido en esa larga peregrinación. Que se vienen oyendo en todos los organismos públicos desde hace más de 100 años.
-Démelos, traeré las fotocopias; las novedades documentales que me solicitan... y el recibo bancario de haber ingresado las tasas adicionales a los IVAs que he ido pagando al cumplimentar todas sus peticiones... como siempre.
Hace casi dos siglos que Mariano José de Larra delataba éste mal español de la burocracia en su artículo Vuelva Vd. mañana. Si en éste tiempo nadie lo ha podido/querido quitar, nadie ha querido hacer realidad la ventanilla única; nadie ha querido quitar funciones para reducir la burocracia que generan, y Vd. parece que tampoco lo va a hacer; o cree que ya lo ha hecho y todo sigue igual, pienso que es el momento de decirle también: ¡ Vuelva Vd. mañana! con un nuevo discurso Porque la economía del Estado, que tanto airea ahora, tampoco se va a arreglar si no arregla primero su Administración.
Miguel López-Franco Pérez. Febrero 2014

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