hello world!

Medicina y ciencia

Publicado: 9 de octubre de 2012
Categoría: ,

   Durante decenas de siglos ha perseguido la medicina ser considerada ciencia y científica. Solamente en los últimos lo ha estado consiguiendo. Cuando comenzó a sustituir el empirismo en sus dogmas por la comprobación de las respuestas a los porqués de los sucesos patológicos empezó a introducirse en el concepto cientifico. Las intromisiones fraudulentas conscientes o inconscientes que desvirtúan esas comprobaciones ondulan la evolución de la medicina hacia la ciencia.

   El médico llega a ser científico en la medida que acompasa su actuación con esa evolución; así ha ido pasando por ser: curandero, mago, brujo, charlatán, barbero, o cirujano, hasta llegar a ser médico: cuando comenzó a considerarse que sus conocimientos podían tener una correlación científica que soportaban su práctica médica.

   La práctica, al contrario que el conocimiento, es limitada, condicionada por las posibilidades de su ejecución; de ahí que el calificativo de “científico” se aplica al conocimiento y no a la práctica basada en esos conocimientos. El cirujano -llegado a la medicina desde la práctica., “quiro-práctico”- solamente se hace científico, y por lo tanto se hace médico, en la medida de sus conocimientos teóricos, científicos, del proceso en el que está interviniendo. Si su labor persiste en el limitado conocimiento de las técnicas que está utilizando, ahora protocolizadas e impuestas por las estadísticas, alcanzará mayor o menor consideración artística en su labor pero no podrá ser considerado científico.

   La abundancia económica en los decenios finales del siglo XX, atrajo a la medicina multitud de pescadores de beneficios; y extendió el cáncer de la protocolización de su práctica, alejándola del sendero de la ciencia quien precisa de la libertad con la misma fuerza que la vida precisa de la corriente sanguínea. Ese creciente tentáculo del cientifismo que es la protocolización, está perviviendo y universalizando el soterrado proceder que nos ha hecho practicar neumotórax o resecciones costales extensas para tratar la T.B.C; o ampliadas gastrectomías tipos Bilrroth I ó II; o vagotomías y piloroplastias para tratar la úlcera gástrica durante casi un siglo; porque eran el protocolo de actuación (menos armados que los actuales) impuesto por las estadísticas, frente a esos procesos… Y carecían de toda base científica cierta.

   Reforzado por la seguridad jurídica y la tranquilidad laboral, que nada tienen que ver con la ciencia, el protocolo va ampliando sus campos de actuación y establece, además de los protocolos de actuación diagnóstica, los esquemas de actuación terapéutica; introduciendo en las pautas protocolizadas farragosas normas en las que además del medicamento base de la pauta se incluye: un antiemético porque un porcentaje más o menos considerable de los pacientes sometidos a ese medicamento, que puede ser entre el 10-20%, tienen nauseas durante su perfusión o toma oral; Un antihistamínico porque un 10-15% de los pacientes tienen reacción alérgica; Un corticoide como complemento del antihistamínico; un antiácido (inhibidor de la bomba de protones) por las molestias gástricas que pueda originar el producto y los productos añadidos; un calmante por la posibilidad de despertar cefaleas que se pueden presentar en el 10-15% de los pacientes y algún que otro producto más que he ido viendo en las pautas hospitalarias, ufanamente estipuladas como “el protocolo”.

   Nadie, ningún medico, recurre ya a el proceso mental científico frente a los síntomas del paciente, estan contemplados en el protocolo, no devana su inteligencia en ir excluyendo posibilidades diagnósticas, en un diagnóstico diferencial que expurgue los síntomas y establezca las actuaciones, o las exploraciones complementarias que deben realizarse de forma excluyente. Se recurre al protocolo, donde irán pasando todas las exploraciones posibles, consecutivas pero a realizar al completo, en la sintomatología referida por el paciente. Descubrirán así alteraciones, correlacionables o no con el motivo de su consulta, y se recurrirá al protocolo terapéutico de cada una de ellas.

   Nadie entra a valorar, porque no está en el protocolo, la iatrogenia originada en esas actuaciones complementarias de escasa o nula utilidad en el proceso diagnóstico de una sintomatología; o en la medicación “de tranquilidad profesional” que se añade en los tratamientos, evitando una complicación (tratable cuando se manifieste) en ese considerable pero reducido número de pacientes; perjudicando al restante mayor porcentaje de esos pacientes en los que no van a aparecer. Si aparecieran en la mayoría de los pacientes y todos, o la mayoría de ellos juntos, como presupone el protocolo, lo más ético sería la retirada del producto terapéutico.

   Nadie valora, además, el enorme gasto económico que se origina con esos procederes innecesarios: porque esa valoración es eminentemente médica, destilación del discurrir científico, del conocimiento de la fisiopatología que genera y debate un diagnóstico diferencial. Toda actuación médica está siendo reducida al protocolo pertinente. Y lo favorece la justicia – que nunca ha entendido de ciencia – dando por justo la realización del protocolo; y por posiblemente injusto o incompleto el proceder científico.

   El progreso de la medicina como ciencia creó, y lo ratificó el Estado a mediados del siglo XX, las especialidades médicas; con la finalidad de facilitar el acceso intelectual a su conocimiento; aunando el conocimiento con la práctica. Meta traumatizada con expectativas de extinción al serle drenado el proceder científico y colocada en su lugar las prótesis de los protocolos.

   La medicina ha estado, y está, plagada de dogmas, muchas veces basados en equívocos procedimientos científicos; o en la fortuna social de algunos profesionales creadores de dogmas basados en sus observaciones empíricas; o en los intereses políticos y económicos de reducidos grupos, que le han conducido a actuaciones nulas, innecesarias o perjudiciales durante decenios. Sólo la libertad intelectual del médico, alejado de los protocolos en boga y de sus interesados defensores: dudando de lo existente, observando, investigando y comprobando las teorías etiológicas, fisiopatológicas, o los resultados terapéuticos, van permitiendo rechazar la mayoría de esos dogmas aproximando la medicina a la ciencia.

   En la encrucijada actual de la medicina creada por el efecto secundario, incontrolado hasta llegar a ser maligno, de la diáspora de sus especializaciones, que amenaza la supervivencia del médico como defensor del cuerpo humano en su conjunto: sanando algunas veces, consolando siempre, con la humildad de saber que perderá la última batalla, se añade una nueva derivación hacia el médico deshumanizado: el protocolizado, el especialista en protocolos, conocedor de los protocolos pertinentes, diagnósticos o terapéuticos para una serie de sintomatologías, según la división en áreas de trabajo que se quieran establecer acrecentando el cuadro de especialidades… ¡sin que deje de llamarse médico!

                                                      Miguel López-Franco Pérez. Octubre 2012

Especialistas en Zaragoza en enfermedades del Aparato Digestivo

En la Clínica López-Franco trabajamos para los asegurados de:
Logo Asisa

Clínica Doctores López-Franco

Formulario pie

INFORMACIÓN BÁSICA SOBRE PROTECCIÓN DE DATOS

Responsable>>>> Isabel López - Franco Jiménez.
Finalidad>>>> Reserva de cita para consulta.
Legitimación>>>> Consentimiento del interesado o de su representante legal al rellenar el formulario de la solicitud de cita que el mismo realiza.
Destinatarios>>>> Los datos personales que usted ha facilitado tienen como único destinatario a Isabel López - Franco Jiménez. No se prevén cesiones de datos. No se prevé la transferencia internacional de sus datos personales.
Derechos>>>> Tiene derecho a acceder, rectificar y suprimir los datos, así como otros derechos, como se explica en la información adicional, contactando con Isabel López - Franco Jiménez C/ Elvira de Hidalgo nº 6, Entlo. Dcha 50.004 Zaragoza
Información Adicional>>>> Puede consultar la *INFORMACIÓN ADICIONAL SOBRE PROTECCIÓN DE DATOS* en https://digestivolopezfranco.es/aviso-legal/

El interesado reconoce la recepción de esta información, y ha leído la información adicional sobre el tratamiento de sus datos personales.